Una mala jugada

En He Got Game, Spike Lee explora el choque entre el deporte, la ambición y los lazos familiares a través de la historia de un prometedor jugador de baloncesto y su padre encarcelado. El gobernador ofrece reducir la condena del padre a cambio de que él convenza a su hijo de que firme por una determinada universidad, poniendo en jaque la libertad, la ética y los sentimientos que ambos esconden. La película se mueve entre canchas brillantes y celdas grises, mostrando cómo el dinero y la política pueden colonizar incluso los sueños más personales.

El enfrentamiento entre padre e hijo se desarrolla con una tensión constante: conversaciones cargadas de reproches, silencios elocuentes y la presión mediática que convierte al joven en mercancía. A medida que se acerca la decisión, afloran recuerdos de abandono, esperanza de redención y la distancia que el encarcelamiento ha dejado en la relación. La elección no es solo deportiva, sino existencial, y revela hasta qué punto los demás intentan controlar el destino de una vida.

Con actuaciones intensas y una banda sonora que subraya la tragedia y la gloria, la película plantea preguntas incómodas sobre la moralidad del reclutamiento universitario, el papel de las instituciones y el precio del éxito. Es un drama sobrio y conmovedor que utiliza el baloncesto como telón de fondo para hablar de identidad, poder y la complicada búsqueda de la reconciliación entre padre e hijo.