Yo soy la revolución

En plena convulsión revolucionaria, una banda de forajidos liderada por el enigmático El Chuncho asalta un tren para arrebatarle un cargamento de armas: su intención es venderlas a los revolucionarios de Elías y sacar partido de la guerra. La acción está cargada de tensión, traiciones potenciales y decisiones morales difíciles, en un paisaje seco y violento donde cada alianza parece frágil y efímera.

Entre los pasajeros que se ven envueltos en el atraco surge Bill Tate, un hombre que, tras ayudarles en el golpe, es aceptado por la banda como uno más. Su presencia altera la dinámica del grupo; su aparente camaradería oculta motivos personales que desatan sospechas y ponen a prueba la lealtad de los miembros. Lo que comienza como una operación práctica pronto se convierte en un juego de desconfianzas y dobles intenciones.

La película explora el choque entre idealismo y pragmatismo, la ambigüedad ética de la violencia revolucionaria y el precio de la traición. Con un tono sombrío y tenso, más preocupado por las contradicciones políticas y humanas que por la simple acción, la historia revela cómo los fines, las alianzas y las traiciones pueden transformar a hombres y causas por igual.