Así habla el amor

Minnie Moore es una mujer bella pero desencantada que, tras ser abandonada por un amante casado, vive sumida en la tristeza y la duda sobre si aún encontrará el amor. Su cinismo y su cansancio emocional la hacen ponerse guardia ante los hombres y ante la posibilidad de volver a ilusionarse, lo que dota a su personaje de una mezcla de fragilidad y orgullo difícil de ignorar.

Entra en escena Seymour Moskowitz, un vigilante de aparcamiento de melena desgreñada y maneras toscas que, al salir en su defensa tras una cita a ciegas fallida, se enamora perdidamente de ella. Moskowitz es apasionado, directo y a veces brusco, pero también sorprendentemente tierno; su carácter opuesto al de Minnie crea situaciones tanto cómicas como conmovedoras.

Minnie, entre la reticencia y la curiosidad, acepta salir con él y poco a poco surge una historia de amor improbable. La relación se construye a base de desacuerdos, gestos espontáneos y una sinceridad que desmonta las máscaras de ambos; lo que comienza como una defensa impulsiva se transforma en una relación llena de momentos auténticos y desordenados.

La película explora, con humor y dramatismo, la posibilidad de encontrar afecto fuera de los moldes esperados, celebrando lo imperfecto y lo humano. Es una narración que mezcla ternura y crudeza, mostrando que el amor puede florecer en los lugares y entre las personas más insospechadas.