Gentlemen Broncos

Un adolescente tímido y soñador viaja a una convención de escritores de fantasía con la esperanza de convertir su imaginación en algo más que bocetos y apuntes. Allí descubre, con incredulidad y rabia, que un novelista consagrado ha publicado una versión de su propia historia sin darle crédito. A partir de ese hallazgo, lo cotidiano se mezcla con lo absurdo: el conflicto personal se transforma en una serie de situaciones tan ridículas como surrealistas.

La película explora con humor seco y un tono deliberadamente extraño las tensiones entre creatividad y propiedad intelectual, entre la ingenuidad juvenil y la arrogancia del éxito establecido. Los personajes son excéntricos, las escenas fantásticas cobran vida con disfraces y relatos dentro del relato, y la búsqueda del protagonista por justicia se convierte en una fábula sobre la identidad artística. La mezcla de comedia física, diálogos excéntricos y delirios imaginativos crea un universo propio e inesperado.

Es una comedia de culto para quien disfrute del cine independiente con un punto de rareza: polarizante, a veces incómoda, pero sincera en su defensa de la voz original. Más que un drama sobre plagio, funciona como una pieza sobre crecer, reclamar lo propio y encontrar el valor en la propia imaginación, incluso cuando el mundo parece reírse de tus sueños.