Sarah es una agricultora ecológica que lleva una vida tranquila y ordenada hasta que conoce a Rip Van Winkle Jr., un hombre que asegura proceder de 1787. Su llegada, con modales y relatos fuera de tiempo, altera la rutina de la granja y siembra una mezcla de curiosidad y desconcierto entre los vecinos. A medida que ambos pasan más tiempo juntos, lo extraordinario de su historia choca con la sencillez cotidiana del campo, creando una atmósfera cálida y ligeramente inquietante.
La relación que surge entre ellos despierta sentimientos románticos de tono casi clásico, tan inesperados como las confesiones de Rip. La película juega con la ambigüedad entre lo fantástico y lo humano: no queda claro si estamos ante un viaje en el tiempo, una invención o una necesidad de compañía que trasciende épocas. Con sensibilidad y pequeñas pinceladas de humor, la historia explora la nostalgia, el anhelo y la posibilidad de encontrar conexión en los lugares más improbables.