Charlie padece una extraña enfermedad que le provoca narcolepsia aguda cada vez que siente felicidad, por lo que ha aprendido a renunciar al placer y a diseñar rigurosos mecanismos para evitar quedarse dormido en momentos inapropiados. Su vida monótona y controlada comienza a tambalearse cuando conoce a Francesca, una mujer italiana que irrumpe con vitalidad y ternura, obligándole a plantearse si merece la pena arriesgar la seguridad a cambio de experimentar la alegría del amor. La película explora ese conflicto con ternura y humor, mostrando cómo el miedo a perder el control choca con el deseo humano de conexión.
Con un tono a la vez cómico y emocional, la historia juega con la ironía de que la felicidad sea peligrosa para quien más la necesita, y celebra la valentía de aceptar la vulnerabilidad. Las relaciones personales, la aceptación y la búsqueda de la propia identidad se entrelazan en una narración que sorprende por su calidez y sinceridad, ofreciendo personajes entrañables y momentos que hacen reflexionar sobre lo que estamos dispuestos a sacrificar por ser felices.