Un torneo subterráneo y sin reglas convierte a los mejores asesinos del mundo en presas y verdugos: arenas clandestinas, apuestas millonarias y cámaras que inmortalizan cada disparo en un espectáculo de violencia fría. La atmósfera es opresiva, las alianzas efímeras y la tensión constante; cada combate es una prueba de ingenio, resistencia y reputación, donde la supervivencia depende tanto de la puntería como de la astucia para leer traiciones.
Entre los contendientes se oculta una tripulación renegada con un plan propio: infiltrarse en la competición, sobrevivir al baño de sangre y ejecutar una agenda letal que puede cambiar las reglas del juego. A medida que la competición avanza, loyalties se fracturan, secretos salen a la luz y la línea entre venganza y redención se difumina, llevando a un clímax donde solo quedará el último disparo para decidir qué clase de justicia prevalece.