Steve Treviño sube al escenario para diseccionar la vida familiar con un humor directo y lleno de ritmo. Entre anécdotas sobre el matrimonio —incluido su supuesto secreto para que funcione— y ocurrencias sobre la paternidad, Treviño mezcla observaciones agudas con remates inesperados que conectan con cualquiera que haya vivido el caos doméstico.
Desde la evocadora imagen de los bocadillos de espaguetis que preparaba su padre hasta los pequeños rituales cotidianos, el especial celebra lo imperfecto con cariño y mucha ironía. El tono es optimista y contagioso: risas seguidas de momentos entrañables que convierten lo cotidiano en material universal y dejan al público con una sonrisa.