Un tirador de élite que intenta reintegrarse a la vida civil en una granja remota se enfrenta a una lucha silenciosa contra el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Entre la rutina agrícola y el aislamiento del paisaje, los límites entre la realidad y las memorias traumáticas se van difuminando, obligándole a cuestionar cada sonido, cada huella y cada encuentro aparentemente cotidiano.
La película construye una atmósfera tensa y contenida, donde la calma exterior contrasta con un tormento interior que amenaza con desbordarse en cualquier momento. Mediante planos íntimos y un uso atmosférico del sonido, el relato explora la fragilidad de la percepción y la dificultad de encontrar paz cuando el pasado sigue marcado en el cuerpo y la mente.