Cuando su vida se desmorona, Laura Franco —una actriz de voz suave— encuentra en el armario de su casa a un monstruo aterrador y, a la vez, extrañamente encantador. Lo que comienza como una presencia que provoca miedo y desconcierto, se transforma en una relación ambivalente: el monstruo funciona como espejo y compañero, obligándola a enfrentar sus heridas, a romper el silencio y a reencontrar la confianza en su propio talento.
Con un tono que oscila entre lo oscuro y lo íntimo, la película explora la pérdida, la identidad y la necesidad de reconciliarse con los miedos internos. Las interpretaciones contenidas y la atmósfera cuidada convierten este relato en una fábula moderna sobre cómo aquello que nos asusta puede convertirse en la fuerza que nos devuelve la voz.